Al no encontrar una definición que yo de por válida me veo en la obligación de aclarar que de toda la vida en mi casa ser un/una moñas es ser cursi. Se puede ser cursi o también estar cursi. Lo de cursi lo miráis en la RAE que no soy un diccionario.
Como todos los meses (y que siga siendo así) mi cuerpo de mujer se autosabotea, física y psicológicamente me encuentro hecha un desastre. ¿Cómo podemos llamar a ese extraño fenómeno? Pues para no crear confusiones o que alguien se me ofenda lo voy a llamar La puta Regla (así, en mayúscula).
En esta tesitura me hallo, dolorida y pava como una adolescente sin amigos. Así que para no morir de un empacho de chocolate (un cliché, pero apetece mucho) me puse a ver películas y series más ligeritas, en las que yo supiera que el final iba a ser positivo y feliz. ¿La mejor opción? Jane Austen.
La primera moñada cursi que me tragué fue En tierra de Jane Austen (2013). Vaya por delante que me ha parecido un horror, pero un horror agradable, un guilty pleasure en toda Regla (jejejeje). La trama es absurda, los personajes no tienen sentido, todo en ella es una enorme petardez, pero… me he reído y me ha acabado gustando, vale, no lo llamaría “gustar” pero no me han entrado ganas de matar a nadie, eso es algo.
JJ Feild es el Mr. Darcy barato de En tierra de Jane Austen, y lo nombro porque me hace mucha gracia pensar que es Tom Hiddelston con orejas de duende.
Ahora os voy a hablar de una serie Persiguiendo a Jane Austen (2008), miniserie de 4 capítulos sobre una chica que se intercambia con Elizabeth Bennet en Orgullo y prejuicio y la lía pardísima. La premisa es graciosa, la serie, dejemos en que la he visto.
No sé ni que decir sobre esto, es tan pero tan absurda y está tan mal hecha. Pero a su vez también me la he visto entera y el Mr. Darcy estaba tremebundo, y madre mía que forma de malgastar un sábado.
Encima que las dos protagonistas tan fanses de la Austen y parece que solamente han leído Orgullo y prejuicio o directamente han visto la miniserie de 1995 ( que me quiero volver a ver), las referencias al Colin Firth y su mamarracho Mr. Darcy están por todas partes.
Hasta aquí mis dos horteradas del fin de semana, ahora una película que si bien no es tan horrible no me ha convencido un pimiento.
Persuasión (2007), basada en la novela del mismo nombre de Jane Austen, no es un desastre como las otras dos pero es taaaaan obvia y le falta media hora para que no quede la trama tan plana. No han sabido adaptar el libro, se queda totalmente vacía. Aún así mi lado moñas la ha disfrutado.
No prometo que sea lo último que vea este largo fin de semana que tengo (festivo autonómico, jejejeje) porque no me apetece nada hacer vida social y acabar trabajos y demás “quehaseres”.